La maestría de “Wiñaypacha” para el cine peruano
Wiñaypacha, la simpleza y sinceridad como fortalezas
Óscar Catacora, el director de “Wiñaypacha”, nos ha regalado una gran obra cinematográfica. El director y su obra son sinceros consigo mismos. Y esto va más allá del hecho de que la película sea hablada en aymara. En esencia, el filme nos habla de algo tan simple y sincero como una pareja de ancianos viviendo pacíficamente en la tierra que nacieron, lo cual está basado en la experiencia de vida del director viviendo su infancia en Puno con sus abuelos. Sin embargo, Catacora refleja algo más complejo en la película como la unión profunda y espiritual de un ser humano con su tierra, con sus creencias y, es más, con su propia alma.
Destaco la habilidad para poder sincerarse y no caer en la pretenciosidad de Catacora, ya que otros directores pudieron trabajar la espiritualidad y conexión con la naturaleza como un tema “místico” y, por ello, alejarlo de la vida cotidiana o exagerándolo. Óscar comprende por experiencia personal que la “mística” del ande y la vida cotidiana son una sola para alguien que vive en un lugar así. Es por ello que podemos sentir el filme con tanta naturalidad, ya que para los actores (que son puneños y comparten esta creencia) la espiritualidad y conexión con la naturaleza es lo más humano que existe.
Del mismo modo que los actores, los personajes Willka (Sol) y Phaxsi (Luna) depositan su vida y su fe en la naturaleza que los rodea y sus dioses. Esto lo vemos con las ceremonias de fertilidad para su ganado o el ruego que hacen al viento para que traiga de regreso a su hijo. Realmente hay una energía en todo esto y está comprobada por el mismo Óscar Catacora en una entrevista “Queríamos una escena completamente nevada y pedíamos a los apus (cerros) que nos mandara esa bendición (…) y pasaba al día siguiente; y teníamos la nevada.”
“Wiñaypacha”es una película que siento muy distinta a todo lo que haya visto en el cine nacional. Es complejo de expresar, pero es la sinceridad y sensibilidad que siempre esperé ver en la pantalla grande de mi país. Con el tiempo, la experiencia y el estudio de la cinematografía he reflexionado sobre los más grandes artistas del cine, los cuales lo han llevado a niveles muy altos. Es gracias a ellos que el cine se desarrolló no sólo artísticamente sino más allá en un plano espiritual, filosófico y simbólico; inclusive a niveles metafísicos. Artistas como Kurosawa, Bergman, Buñuel o el director considerado como el más importante del cine; Andrei Tarkovsky. La primera vez que vi una película de Tarkovsky pensé “Dios mío. Esto es algo que jamás había visto o sentido. Es algo más, no sé qué sea, pero definitivamente es algo más que sólo cine”. Ahora, con más entendimiento, diría que el cine de Andrei Tarkovsky eran los propios pensamientos, experiencias, sueños y visión de la vida misma del cineasta ruso. Y algo parecido fue lo que experimenté al ver Wiñaypacha. El sentir personal de esta maestría de la película está ligado a cada persona peruana lo que la vuelve aún más entrañable. Si quisiéramos ir más lejos y profundizar sobre el significado de Wiñaypacha, podríamos hablar de una especie de cercanía a la “verdad” y con ella una mirada al alma.
Cinematografía y narrativa visual
Óscar Catacora no sólo dirigió la puesta en escena sino, también, la cinematografía del filme. La película fue rodada con una cámara Red Scarlet y con una óptica de 50 mm. Catacora filmó toda la película usando sólo luz natural para exteriores y fuego para los interiores. Definitivamente esta elección ayuda muchísimo a transmitir la realidad vital de la película.
Este director de fotografía deseaba lograr “capturar el tiempo” como lo afirma en una entrevista. ¿Cómo lo logró? Tal vez no lo sabía, pero el joven cineasta siguió los preceptos del maestro Andrei Tarkovsky en su libro “Esculpir el tiempo”. El tiempo es un elemento del cine que está dictado por la duración interna de un determinado plano. Es así que en Wiñaypacha observamos planos muy largos de duración que corresponden y ayudan a “esculpir” el ritmo temporal de la película; el cual tiene como significado la “eternidad” (Wiñaypacha en aymara).
Por otro lado, la película cuenta con 96 planos estáticos. La cámara jamás se mueve en toda la película. ¿Por qué? Los mejores cineastas saben que cualquier cosa que haga la cámara contará y, sobretodo, transmitirá una sensación distinta al espectador. Ahora, Wiñaypacha nos cuenta la vida de dos ancianos octogenarios que a pesar de su avanzada edad siguen trabajando eternamente la tierra que les dio la vida esperando del mismo modo a su hijo o, incluso, a la muerte. ¡Muy bien! Si viste la película me gustaría que te imaginaras qué sentirías si la cámara se hubiera estado moviendo sin parar en todos los planos. Se vería realmente distinto ¿no? ¿Cómo se logra transmitir la crudeza de la vejez y la espera? Óscar Catacora tiene la respuesta. No moviendo la cámara. De este modo nos concentramos en la aguda y dolorosa lentitud para moverse de los personajes en el cuadro y, al mismo tiempo, la cámara se siente pesada como si le costara moverse al igual que a Willka y Phaxsi.
Por supuesto hay que destacar momentos que quedarán en la memoria cinematográfica colectiva de nuestro país. Por ejemplo, en la escena en la que Willka y Phaxsi van al camino a esperar a su hijo luego de un sueño que tuvo Phaxsi la noche anterior. En esta escena vemos a Willka observando el camino y a Phaxsi sentada tranquilamente. Además, vemos a los “apus” (cerros) en el fondo imitando la forma humana de Phaxsi vestida con un poncho y un sombrero. Cualquier persona (aún más si es peruana) experimentará una emoción indescriptible, pero a la vez similar con aquellos que también sintieron algo. Por otro lado, la escena en la que la casa de Willka y Phaxsi se incendia es indudablemente una justificación para mostrar un profundo respeto a Catacora como cineasta. Ya llegando al final del filme, me gustaría destacar dos escenas más. La primera es la muerte de Willka en brazos de Phaxsi (imitando a la escultura de “La Piedad” del artista italiano Miguel Ángel) con la cámara viéndolos a ambos desde arriba como si del mismo Dios se tratara. Y la segunda es el plano final del filme, mostrando a Phaxsi yéndose a los nevados posiblemente a morir o a buscar sanación para su espíritu. El director hace participar al espectador en el filme.
Nunca oculté mi admiración y respeto por Óscar Catacora y su obra “Wiñaypacha”. No debo callar y me doy el permiso de decir que Óscar Catacora no es sino (en opinión de este escritor) el mejor cineasta del Perú y “Wiñaypacha” la mejor película de nuestro país.
Me da esperanza ver a este “poeta del cine”. Espero que nuestra cinematografía siga este camino; que pueda mejorar, ser sincera consigo misma y ahondar en cuestiones profundas del alma.
Que así sea por toda la eternidad.
Referencias:
Entrevista: Óscar Catacora, director de Wiñaypacha. Carlos Esquives. Revisada de https://www.youtube.com/watch?v=_g45TKnYhcM&list=WL&index=53&t=606s
Lo que no SABÍAS de WIÑAYPACHA y el AYMARA. Flavinsho. Revisado de https://www.youtube.com/watch?v=spL4AJmsfyk&list=WL&index=54&t=231s
Wiñaypacha – Análisis. Jean Carlos D Alvarado. Revisado de https://www.youtube.com/watch?v=AiDWvL_ogFQ&list=WL&index=55&t=149s
WIÑAYPACHA – ANÁLISIS. El ojo del muki. Revisado de https://www.youtube.com/watch?v=lxzPqfRw9OQ&list=WL&index=56&t=1s
Wiñaypacha: La eternidad de la esperanza. UTP TV. Revisado de https://www.youtube.com/watch?v=PjuFuEZDosw&list=WL&index=57&t=31s
#wiñaypacha Entrevista a Oscar Catacora, director de la película WIÑAYPACHA. Cinesincancha. Revisado de
https://www.youtube.com/watch?v=cPc1JRJnIj0&list=WL&index=58&t=2547s