
La fotografía de Vittorio Storaro en “El último emperador”
Pintar con luz, ese era uno de los lemas que usaba Storaro para expresar su visión de lo que él hacía.
Pintar con luz, ese era uno de los lemas que usaba Storaro para expresar su visión de lo que él hacía. “El último emperador” (1987) fue una película dirigida por el cineasta Bernardo Bertolucci y fotografiada por el cinefotógrafo italiano Vittorio Storaro. Su trabajo le valió un Premio Óscar por Mejor Fotografía en 1988. Aquí nos gustaría repasar un poco sobre la fotografía de esta peculiar cinta. La historia es sobre Pu Yi, quien fuera el último emperador de China antes de que llegara la revolución comunista con Mao Zedong. A lo largo de la película veremos la evolución de Pu Yi en su vida. Vittorio utilizó un lenguaje de colores para separar las etapas en la vida del protagonista.
ROJO. Pu Yi, siendo un niño de cuatro años, es separado de su madre para ir a La ciudad prohibida. Storaro creía que en este momento de niñez y maternidad se relacionaba con el rojo, ya que es el color de la sangre que es común en un nacimiento. Es un lazo de sangre que ha sido cortado. Storaro colaboró con el diseño de producción para que las puertas de La ciudad prohibida fueran rojas y dar inicio (con la entrada de Pu Yi a este lugar) a su nacimiento como futuro emperador de China. El palacio de este lugar fue iluminado casi por completo con velas.
AMARILLO. En la coronación de Pu Yi lo visten con el traje ceremonial dorado del emperador. De nuevo, el cine es un trabajo colaborativo. Storaro decidió filmar durante la puesta del sol para bañar la escena de ese color amarillo suave que ofrece el sol durante sus últimos momentos.
VERDE. Pu Yi ha crecido. Tiene 14 años y empieza a cansarse de no poder salir de La ciudad prohibida. Los sirvientes del palacio le asignan un tutor extranjero para educarlo. La llegada del tutor es filmada con este llegando en una bicicleta verde. El cual es un obsequio para Pu Yi. Junto con este tutor, Pu Yi crecerá, alcanzará la madurez intelectual y se percatará de los problemas que conlleva ser emperador. Además, es en esta etapa en la que es exiliado junto con sus dos esposas por el gobierno militar comunista a Japón.
ÍNDIGO. Pu Yi vive una vida totalmente distinta. Ahora es un “playboy”. Su principal interés es vestir bien, comprar cosas y escuchar música. La relación de Pu Yi con sus esposas se descontrola. Una de ellas lo deja y la otra se queda con él, pero lo odia en secreto. Storaro usa el color índigo (un violeta que es muy cercano al azul) para dar melancolía a las escenas de noche obedeciendo el contexto y emociones de Pu Yi. Además, es aquí cuando Pu Yi tiene deseos de regresar a China a volver a ser emperador. Una de las muchas teorías del color dice que el índigo se relaciona con el poder lo que ayuda a esta historia.
El intento de Pu Yi de volver a ser emperador fracasa. Es capturado por el gobierno comunista y es llevado a un campo de concentración para ser re-educado y olvidar su mentalidad clasista para pertenecer al nuevo régimen. Antes de seguir avanzando debemos recalcar que a lo largo de todo el filme los colores han sido muy vívidos y vibrantes. Sin embargo, al llegar a este punto todo esto cambiará.
SATURACIÓN. Pu Yi aprenderá a la fuerza que en este nuevo mundo un emperador no puede existir y se resignará a vivir su vejez como un simple ciudadano común. En este momento absolutamente todos los colores estarán desaturados. Es decir, perderán esa característica vibrante para tener un espectro más uniforme, plano y grisáceo.
Y es así como este asombroso fotógrafo logró contar una vida a través de la luz, el color y las propiedades de estas. Definitivamente un estudiante de dirección de fotografía o incluso un profesional de este rubro debería visualizar esta película con mucho detenimiento para aprender nuevas técnicas narrativas mediante el uso de la fotografía


