Jin-Roh: The Wolf Brigade y la deshumanización del individuo

La película animada es parte del universo Kerberos Panzer Cop creado por Mamoru Oshii, que incluye mangas y películas.

 

El año de 1999 es en el que se estrenó, en el Festival Internacional de Cine de Animación de Annecy-Francia, la película Jin-Roh: The Wolf Brigade de Hiroyuki Okiura con guión de Mamoru Oshii. Cronológicamente es la tercera entrega de la Kerberos Saga, después de The Red Spectacles (1987) y Stray Dog Kerberos Panzer Cops (1991), que a diferencia de Jin-Roh son películas en acción real.

La historia nos sitúa en un Japón diez años después de haber perdido en la segunda guerra mundial, pero no ante los Estados Unidos, sino ante la Alemania Nazi. Los problemas que tiene que enfrentar son el alza de la tasa de desempleo y la masiva migración del campo a la ciudad, que genera un alto índice de violencia. Esta situación conlleva al surgimiento de grupos antigubernamentales que se convierten en un problema para la seguridad pública, haciendo que el gobierno japonés cree una fuerza paramilitar en la ciudad capital, independiente de la las fuerzas policiales: la Policía Capitalina Organizada.

La Policía Capitalina se autoproclama como los guardianes del orden público, generando conflictos internos entre las diversas instituciones del Comité de Seguridad Nacional. Para combatir a los grupos antigubernamentales se crea la Unidad Especial, conocidos como los cerberos, quienes se encargan de perseguirlos y reprimirlos sistemáticamente. Estos grupos antigubernamentales se trasladan a la clandestinidad, en donde se desintegran y reagrupan hasta formar el grupo guerrillero denominado la Secta.

Es a través de Kazuki Fuse, miembro de la Unidad Especial, que se plantea la idea central de la película: la deshumanización del individuo. El desafortunado encuentro de Fuse con una “caperucita roja”, que son las encargadas de trasladar materiales explosivos para la Secta, resulta ser una menor de edad, lo que le genera un conflicto interno sobre si debió o no dispararle antes de que ella detonara los explosivos.

En su intento por comprender por qué la niña decidió detonar las bombas y no rendirse, es que conoce a Kei Amamiya la hermana de la difunta, que resulta ser en realidad una ex “caperucita roja” trabajando bajo las órdenes de la División de Seguridad Pública (DSP). A pesar de que Fuse termina conociendo la verdadera identidad de Kei, ambos desarrollan una relación sentimental, mientras Fuse lo hace por intentar no perder la poca humanidad que le queda, Kei lo hace por el miedo a no ser recordada por nadie.

Es así como nos muestran a la Unidad Especial y a la DSP utilizar a Kasuki Fuse y Kei Amamiya para destruirse una a expensas de la otra. Este enfrentamiento solo sirve para que Fuse termine por decidir si abandona o no por completo la poca humanidad que le queda. Decisión que se ve obligado a reafirmar cuando su superior le ordena asesinar a Kei para eliminar cualquier amenaza posible a la unidad de los cerberos.

La película nos narra una historia alternativa en cuanto al rumbo que hubiera podido tomar Japón al perder la guerra contra la Alemania Nazi. De ahí que opte por mostrar un mundo opaco y sombrío, en donde los colores no brillan, pero que si van acorde al tono melancólico de la historia. La animación de la película es de un estilo tradicional hecho a mano, pero que se preocupa por mostrar un realismo en las expresiones y los movimientos de los personajes, sin descuidar los detalles que pone en mostrar ese mundo alternativo.

A lo largo de la película podemos notar el paralelismo que tiene con el cuento de la Caperucita Roja. Como las “caperucitas rojas” de la Secta, que son enviadas al bosque (sistema de alcantarillas) para llevar un encargo (material explosivo), además de que son conscientes del peligro que representa el lobo (los cerberos). También está la representación del lobo como una bestia salvaje en el personaje de Kazuki Fuse, que lo presentan como un lobo disfrazado de humano listo para cumplir con el rol que le asignen sus superiores dentro de la manada de los cerberos.

Si bien se puede entender el final como la completa deshumanización del individuo, también podríamos asumir como la total subordinación del individuo a los intereses del estado.

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Jefferson Espinoza Soy un cinéfilo en proceso. También un estudiante de la carrera de Historia en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Busco compartir y debatir mis ideas sobre el cine nacional e internacional, su historia, su naturaleza, lo que se escribe, etc.
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