
I lost my body: el cuerpo como símbolo en el cine de Jérémy Clapin
Ganadora del Nespresso Grand Prize de la Semana de la Crítica de Cannes, la película animada I lost my body expande temáticas que Clapin exploró en sus cortometrajes anteriores
Desde un punto de vista semiótico, nuestros cuerpos son una de las fuentes más ricas de transmisión de significados, ya que sus diversos componentes, formas y transformaciones tienen la capacidad de transmitir mensajes de manera eficiente, potente y sutil. Las diversas artes visuales y audiovisuales se han apropiado de este gran significante dentro de sus obras, utilizando estos símbolos y significados, en menor o mayor medida, para dialogar sobre los temas que desean expresar. El año pasado se estrenó I lost my body (J'ai perdu mon corps), primer largometraje animado del realizador francés Jérémy Clapin, y nos cuenta una historia en la que uno de sus personajes protagónicos resulta ser una mano cortada, separada de su dueño, que desea reunirse nuevamente con su cuerpo.
I lost my body narra la historia en dos tiempos: conocemos a Naoufel, un huérfano parisino que consigue un trabajo como aprendiz de carpintero para poder conocer más a Gabrielle, pero termina perdiendo su mano en un accidente. En paralelo, seguimos a esa misma mano en tiempo presente: tras conseguir vida propia y escapar del refrigerador en el que había sido guardada, la mano empieza una travesía por las calles de París para poder reunirse con su cuerpo. Al igual que Naoufel, quien tuvo que aprender a seguir viviendo después de la pérdida temprana de sus padres, esta mano deberá descubrir y aceptar que no podrá regresar al cuerpo del cual fue desmembrado, y deberá encontrar su propio propósito en la vida. Esta figura del cuerpo, este ser sensible, se convierte en una representación del propio proceso de duelo, y el viaje emocional que trae consigo.
I lost my body utiliza estas figuras del cuerpo humano como una forma de dialogar sobre temas muy afines a la sensibilidad humana. Sin embargo, esto es algo que no se observa únicamente en este largometraje, sino más bien es algo transversal a las obras de Clapin. Veamos Une Histoire Vertébrale, su primer cortometraje: el protagonista tiene una deformación de su columna vertebral que lo obliga a estar siempre mirando al piso, ya que tiene el cuerpo de una forma similar a una de las piezas del videojuego Tetris. Esta persona anhela vivir un amor como el que observa en las películas, y desea ser similar a aquellos cuerpos tan distintos al suyo. No es sino hasta que encuentra a una persona con una condición similar, que nuestro personaje empieza su proceso de auto-aceptación. Al igual que este personaje, la mano de I lost my body también busca encontrar su lugar en el mundo, deseando encontrar ese complemento (Naoufel) que la llegue a “arreglar”. Son cuerpos (o partes de uno) disonantes con la figura tradicional del mundo normal, persiguiendo el deseo de encajar y mimetizarse.
El viaje de Naoufel y de su mano en I lost my body explora de qué manera un desplazamiento (o desmembramiento) físico puede conllevar una transformación mental y/o emocional, una evolución o un estancamiento. Skhizein, otro de los cortometrajes de Clapin, también explora este desplazamiento físico como eje narrativo y temático. Henri, el personaje principal, asegura que fue golpeado por un meteorito que desplazó su cuerpo exactamente 91 centímetros a la izquierda de su posición original. Es una situación que nadie podrá comprender, pero que él intenta llevar con normalidad. Sin embargo, este desplazamiento termina siendo cada vez mayor, llegando a desaparecer por completo de nuestra visión.
Esta exploración de la pérdida corporal termina siendo una representación muy simbólica de la esquizofrenia (el mismo título significa “separar” en griego), sucumbiendo ante los “meteoritos” que terminan desplazando su cuerpo. El final del corto, en el que Henri grita “yo estoy aquí”, pero nosotros no lo podemos ver, también se puede observar en I lost my body: en distintos momentos de la historia, Naoufel y su mano se relacionan con la frase “yo estoy aquí”, pintada en uno de los edificios de Paris. Sin embargo, mientras la mano la ve como un intento desesperado de regresar a su vida anterior, Naoufel la usa como inspiración para seguir adelante, a pesar de su tortuosa vida.
En los medios audiovisuales se presenta la posibilidad de explorar una variedad de símbolos y metáforas que permiten explorar estas temáticas universales. El cine animado de Jérémy Clapin explora al cuerpo como una manera de hablar de procesos como el amor, la auto-aceptación, la soledad, los problemas mentales, los procesos de duelo, por decir unos ejemplos. I lost my body presenta una riqueza plástica, estética y audiovisual que solo fue vista superficialmente en este artículo, pero que grita con ansias “yo estoy aquí”.


