
Moonrise Kingdom: Una comedia romántica que no es romántica
La visión de una película que trasciende al subtexto
¿Por qué vemos películas? Cuando me plantearon esa pregunta en los primeros ciclos de universidad. Las respuestas circulaban desde la necesidad de tener un par de horas de entretenimiento, hasta encontrar en ellas inspiración. Hubo luego una respuesta bastante lógica que con los minutos se hizo obvia: vemos películas porque son historias que nos habrían gustado vivir.
Eventualmente nos gusta reencontrarnos en los personajes y mantener la posibilidad que en cierto sentido nuestra vida puede atravesar situaciones que nos acerquen a esa realidad ficcional. Y si la respuesta es así ¿Por qué vemos películas de Wes Anderson?
Wes Anderson es un director que mantiene en esencia la definición de lo que se reconoce como cine de autor. Cuando una persona ve su filmografía, sabe que la pantalla está apunto de preparar una orquesta de planos bien compuestos, una paleta de colores bastante armónica y finalmente un encuadre en la que muchos hípsters podrán encontrar fotografías para Tumblr o Pinterest. Una película de Anderson en ejecución dista bastante de la narrativa convencional moderna y por consiguiente de lo que concebimos como realidad.
La crítica al cine de Wes radica en la sensación del espectador de encontrar en sus metrajes una colección en serie de casi lo mismo, con personajes que ante su autenticidad terminan siendo, para muchos, protagonistas excéntricos con outfits llamativos y Bill Murray.
En una entrevista para el programa Director´s Chair, mencionó que aunque muchas personas consideren que sus cintas son en esencia lo mismo, no es así. Hay dos formas de entender una película de Anderson, la primera en superficie y la segunda en el subtexto.
Spoiler: el subtexto de Moonrise Kingdom sugiere que es una comedia romántica que no es romántica.
En superficie, Moonrise Kingdom es la historia de amor entre Sam Shaukasky y Suzy Bishop, dos niños que se conocen y enamoran a primera vista cuando Sam estaba en un campamento de verano, por la lejanía, ambos se convierten en amigos por correspondencia donde terminan ideando un plan para fugarse al verano siguiente y encontrar su lugar mágico.
La segunda línea, que ahora llamaremos el lenguaje del subtexto, está inferida en los diálogos.
El universo de Moonrise Kingdom es extremadamente ficticio, en palabras de Wes: es lo que leeríamos en un libro de Roald Dahl. Donde además de mantener una esencia bastante fantástica aborda una constante propia a la realidad: El ser joven por siempre.
El tiempo cuando estamos debajo de los 20's, es bastante más lento. Los jóvenes son jóvenes y los viejos son viejos, la transición no existe hasta que crucemos la barrera etaria de no marcha atrás.
Bajo esta premisa, Moonrise Kingdom presenta a sus personajes: los niños son niños que ven en los adultos una figura a la que nunca quisieran llegar, mientras que los adultos son adultos ven en los niños la figura de lo que alguna vez fueron.
La ventaja de los niños es sentir que el tiempo infinito los respalda y rechazan la madurez a la que están obligados a someterse con los años. La odisea de Sam y Suzy se entiende como un intento de escape a crecer.
Encontrar su lugar mágico es el equivalente a lo que para Peter Pan es el país de Nunca Jamás, y de plano esta implícito en la escena más memorable de la película. Cuando llegan a su Moonrise Kingdom.
La cámara hace un zoom in a Sam y Suzy, ambos por fin llegaron a su paraíso. De pronto, cambio a un plano general, deciden saltar al mar a la cuenta de tres, son niños disfrutando la playa. Corte y cambio de escena a un pequeño traveling que va de Suzy a Sam, él está haciendo un retrato de ella, luego conversan.
El inicio es sobre por qué Suzy siempre usa binoculares, ella siente que es como su súper poder, evidentemente son niños, Sam menciona la profundidad en el mensaje de los binoculares, para luego mencionar que moja la cama, volvieron a ser niños, Suzy entiende y menciona su deseo de ser una niña huérfana, como la mayoría de las protagonistas de sus libros favoritos, Suzy en una noción bastante infantil espera a la respuesta de Sam que verbaliza la frase más memorable de toda la secuencia: “Te amo, pero no sabes lo que dices” Suzy replica él te amo y en un corte de escena, comienzan a bailar, siguen siendo niños.
Durante toda la secuencia, el subtexto indica que ambos sienten que pase lo que pase no pueden escapar a convertirse en lo que ellos no quieren, y aunque respondan como niños, ya no piensan como niños.
Los adultos los encuentran y ahora el lenguaje entre líneas cambia, los niños del campamento dejan de ver a los adultos como la figura aburrida y los adultos a su vez no los ven como simplemente inmaduros, sin embargo, para Suzy y Sam que no presenciaron ese trabajo en equipo, la realidad sigue siendo la misma. Es por eso que hasta el final de la película cuando en un nuevo intento de fuga, notan que ser adulto finalmente no es tan malos como creían ser.
La figura de crecer ya no es tan mala, esto puede ser tan bueno como tú quieres que sea. Y es así que durante la tormenta de la escena final, su lugar mágico es arrasado, en una metáfora en la que por fin los niños ya no tienen miedo a crecer.
Moonrise Kingdom es una comedia romántica, que en subtexto no es una comedia romántica, evoca un tópico real en un mundo fantástico. Trasciende y muestra la importancia del texto entre líneas para la creación de un universo dentro de la historia.


