Past Lives: El dolor de dejar ir tu pasado

Te detienes a pensar en el pasado y surge una pregunta que se resume en un arrepentimiento eterno que resuena en la melancolía de escenarios pasados: ¿Qué hubiera pasado si…? Esta interrogante permite que creemos escenarios ficticios en donde tenemos lugar en una vida distinta según la decisión que hubiéramos tomado en el pasado, teniendo un destino diferente en donde conoceríamos a otras personas, pero en ocasiones existen personas que están destinadas a conocerse en “todas sus vidas”.

El debut cinematográfico, de la directora coreano-canadiense Celine Song, nos narra la historia de Nora y Hae Sung, dos amigos de la infancia con un interés amoroso que sería interrumpido por la migración de Nora hacia Canadá, dejando a su acompañante en su natal Corea. Past lives nos guía por la interacción de estos dos viejos amigos a lo largo de 24 años, mientras cada uno descubre su camino y viven vidas diferentes, siempre considerando las acciones consecuentes que traen sus decisiones.

Song nos regala este filme casi autobiográfico, ya que ella comenta que la situación retratada en Past lives refleja el escenario que ella vivió cuando tuvo que migrar a Canadá en búsqueda de mejores oportunidades.

Si bien parece una típica película romántica de un triángulo amoroso, en la que la protagonista deja todo atrás en Nueva York (aspiraciones, trabajo y esposo) para vivir “alegremente” con el amor de su vida en Corea, este filme mantiene la esencia de esta premisa, pero impacta fuertemente con un amor más crudo y realista, en el que se prioriza el anhelo por tus metas y sobre todo por lo que has construido. Evita caer en estereotipos y en lo predecible, además de ello permite que podamos conectar con ambas partes del “triángulo amoroso” con el fin de no favorecer a ninguno.

Podríamos decir que Hae Sung es para Nora el amor de su vida, pero no el amor que su vida necesita en el momento en el que se encuentra. Nora ha trabajado en su camino de vida, tiene nuevas aspiraciones y está casada con un hombre que la complementa perfectamente. Hae Sung ha hecho lo mismo por su cuenta, pero es él quien decide reencontrarse con ese viejo amor de la infancia, pero no para hacer flaquear y despertar un dilema amoroso en Nora, sino para rememorar esos pequeños momentos que pasaron 24 años atrás.

El encuentro entre ellos está plagado de emoción, en donde los silencios son magistrales y nos cuentan muchas más cosas que las palabras. Una sola mirada nos refleja el amor que el uno siente por el otro. Una complicidad de amantes que están destinados a estar juntos, pero que sus vidas no necesitan que ambos lo estén en ese momento. Esta conexión es asimilada al concepto coreano del In Yun, el cual menciona que las personas están destinadas a encontrarse, porque han caminado juntas en sus vidas pasadas.

Past lives nos sumerge en dimensiones del amor en donde se debe considerar que no siempre nos vamos a quedar con el amor de nuestra vida, ya que es diferente que alguien sea “el amor de tu vida” a “el amor que tu vida necesita o el amor para tu vida”. Cuestión que Nora entiende perfectamente. Nora ama a Hae Sung; sin embargo, ella sabe que eso es parte de su pasado, el cual siempre va a atesorar, pero que no necesita en este momento. Ella anhela el pasado, pero prefiere su presente.

Past lives es un filme que te deja deseando ver qué hubiera pasado si se quedara con Hae Sung, pero logras entender que en esta vida ellos están destinados a solo ser un amor de infancia. Es innegable la grandeza narrativa con la que está contada esta historia, dejando una visión clara del amor a través de diálogos precisamente construidos. Past lives es otra de esa historia de amor que no terminan con un final feliz, pero sí con el final que necesitaban.