Liar Liar: Remontándonos a la mejor época de Jim Carrey
En 1997 se estrenó una de sus películas donde es más evidente que nunca el estilo de este gran actor
Si hay un actor el cual ha producido felicidad sin importar el paso de los años, ese debe ser Jim Carrey. Inició su carrera prematuramente en shows de Stand-Up y Sitcoms de los años ochenta, pero no fue hasta una década después que este actor sería reconocido por todos. Fue en 1994 que participó en tres de sus mejores películas: “La Máscara”, “Una pareja de idiotas” y “Ace Ventura: un detective diferente”. Rápidamente, se hizo conocido en la industria dado su característico humor, el cual recurre a expresiones faciales exageradas y un lenguaje corporal muy único. En su repertorio de películas tiene desde grandes éxitos hasta fracasos inminentes, y fue en 1997 que nos hizo entrega de “Liar Liar” una de sus películas donde es más evidente que nunca el estilo de este gran actor.
La historia es sencilla, Fletcher es un abogado divorciado el cual descuida constantemente dos cosas, a su hijo y su sinceridad. Como a un abogado entre muchos, tiene el don de ser un gran orador y un mentiroso patológico; aunque demuestra constantemente que si tienen interés en su hijo no es suficiente contra su gran compromiso laboral. Tras faltar a la fiesta de cumpleaños de su hijo, este último pide un deseo que pondrá de cabeza la vida de su padre, ya que le será imposible volver a mentir.
Esta película recuerda mucho a otros proyectos del actor, como a “Yes, Man” o “Todo Poderoso” pues muchos dicen que no es más que Jim Carrey en una película de Jim Carrey, pero yo no estoy de acuerdo con esto. Muchas de sus películas tienen en común que el protagonista tenga un dilema familiar o laboral el cual tiene que resolver, en este caso la interacción que tiene Fletcher con su hijo nos hace realmente ver las dificultades que te trae ser un padre divorciado, empatizamos con ambas perspectivas tanto de padre como hijo porque nos dejan ver de manera transparente los problemas y dilemas que les atormentan a cada uno. Genuinamente, es una comedia, no pierde tiempo tratando de ser algo que no es, busca hacerte reír con una película que igualmente te pone a pensar que tan lejos puede llegar el amor de un padre cuando todo lo que conoce es puesto en una balanza.
La actuación de Jim Carrey nuevamente es genial, no quieres parar de verlo en situaciones retóricas y donde ninguna persona le apetecería estar, el concepto de un hombre que no puede mentir nos pone a pensar en lo mucho que empleamos las mentiras en nuestro día a día, no solo para situaciones necesarias, sino que también decimos mentiras cuando personalmente más las necesitamos, es decir, el filme genera esta duda en nosotros de qué tan seguido realmente mentimos, y que tan sano o ético podría ser esto a la larga, ¿Nos hemos ganado todo lo que tenemos?, o es que quizás todo ha sido resultado de una serie de astutas y muy meticulosas mentiras. Ver todo esto dentro del mundo laboral de Fletcher lo hace aún mejor, pues nos damos cuenta de que tanto podrían necesitar los abogados de las mentiras en la vida diaria, ya sea para salir de situaciones incómodas, conseguir ofertas de trabajo o hasta ganar un juicio.
Que todas estas cosas estén presentes en una película de comedia de menos de una hora y media, es simplemente fantástico. Si deseas ver una película que te haga pasar un buen rato, pero sin ser una película estúpida de supuesto “humor adulto” entonces esta película es la indicada para ti, tiene todo lo que podrías esperar de ella y más. Al terminar de verla, solo querrás seguir viendo qué tan lejos ha llegado Jim Carrey hasta el día de hoy.